Astrología 03 - Simbolismo y Percepción Simbólica

SIMBOLISMO Y PERCEPCIÓN SIMBÓLICA


No se trata aquí de justificar el valor científico o no de la astrología, sino investigar en su mismo origen y en su propio contexto mental el sistema de base sobre el que se fundamenta y sus relaciones. 

La astrología nace pues dentro de una visión cosmogónica determinada, de una forma de pensamiento y de la experiencia de una cierta realidad simbólica. Esto nos lleva antes que nada a preguntarnos qué son los símbolos, en qué consiste esa realidad representada por ellos, y por medio de qué mecanismos el hombre accede a conocerlos e interpretarlos.

Lo que caracteriza al hombre no es la mayor o menor capacidad mecánica de procesar datos, como si de un computador se tratase, sino la posibilidad de aprehender otra realidad más allá de lo que esos datos representan. Los recientes estudios paleontológicos del hombre de Atapuerca así nos lo muestran.


Durante un largo periodo de tiempo el hombre de Neandertal, de complexión robusta y plenamente adaptado a la supervivencia, con un cerebro que le permitía fabricar herramientas con las que imponerse a un medio hostil, fue el amo de toda Europa.


Aproximadamente cuarenta mil años atrás aparece un nuevo tipo de ser humano, el Homo Sapiens, con características anatómicas diferentes, con un gran desarrollo frontal, con tecnología propia. Más frágil que el hombre de Neandertal, menos robusto y adaptado para la supervivencia desde el punto de vista físico, sin embargo poseía una herramienta intelectual nueva: la capacidad de simbolizar. 

Llenaron su cuerpo de tatuajes, pintaron en las rocas, marcaron sus símbolos allá donde fueron, se reconocieron a sí mismos como pertenecientes a un grupo, desarrollaron por consiguiente sistemas de protección y solidaridad entre sus miembros.

Altamira By Thomas Quine CC BY-SA 2.0, 
Conceptos modernos y elaborados tales como el de nación, comunidad étnica, familia, territorio, religión, etc., tienen su origen en esa capacidad de reconocerse en la realidad un valor agregado, un valor superior o arquetípico que se impone a una visión fragmentaria del mundo.El hombre de Neandertal simplemente desapareció ante el empuje de un hombre que sabía reconocer realidades superiores. 

Sin embargo, en nuestra vida diaria, de alguna forma, esos dos tipos de hombres conviven en nuestro interior. Somos neandertales cuando llevados por los impulsos primarios de subsistencia nos aplicamos a esa tarea inmediata. El individualismo primario es lo que caracteriza al hombre de primitivo. No se trata aquí del individualismo como conquista de un ser solitario o la maduración personal frente a la masa indiferenciada, sino que más bien se trata de un individualismo instintivo que conduce a la lucha feroz por la supervivencia y donde la ley del más fuerte, en lo físico y material, predomina. 

El Homo Sapiens, también nos habita, pero su acción plena requiere de un esfuerzo constante para no dejarse llevar por los instintos básicos. El hombre “sabio” no es el hombre que acumula conocimientos, sino el hombre que percibe fuerzas y elementos superiores a sí mismos, a los que considera guías y modelos que inspiran su acción: los ideales, los arquetipos. Utiliza para ello una herramienta fundamental, la percepción analógica, que le permite encontrar las semejanzas en cosas aparentemente disimiles.

La Astrología pues en su origen está relacionada con esta visión particular del universo que interesa al hombre. Es una forma global de organizar un hecho fundamental y observable incluso por las primitivas culturas: la ciclicidad de la naturaleza, a cuyo conocimiento el hombre accede a través de una abstracción, de una síntesis analógica y simbólica.

Continuará