Astrologia 04- Mente Analógica: Ese Maravilloso Instrumento

Mente Analógica: Ese Maravilloso Instrumento


Si contemplamos globalmente la naturaleza y al hombre, encontraremos algunas características o cualidades que son compartidas por ambos, lo que podríamos llamar esencias compartidas. Por ejemplo, si escribimos una lista de conceptos como los siguientes:
Probablemente cierta “campana” repicará en nuestra mente al repasar las columnas. En esta lista podemos encontrar elementos que “suenan” parecido, que son comparables, que comparten cierta esencia o cualidad. La reacción que esta lista produce en nuestra mente indica una cierta forma de pensar bien diferente de la del análisis lógico. Esto es lo que se llama pensamiento simbólico o analógico.

El análisis, como la palabra en su origen expresa, divide. Sin embargo, al usar la analogía encontramos cosas que unen, hay además un movimiento general de ascenso de la conciencia, un acceso a una realidad más grande y global, donde las cosas aparentemente disimiles comparten algo de esa unidad esencial del universo. El análisis nos dice que el color blanco y el negro son distintos y que no poseen nada en común, la analogía por el contrario nos dice que comparten algunas cosas, como el hecho de no ser colores y el de ser ambos extremos o radicales.


Cuando leemos las fábulas de Esopo, o los libros sagrados, encontramos cuentos, mitos, leyendas, comparaciones, metáforas, o en otras palabras encontramos analogías. La mayor parte de las enseñanzas de la sabiduría se expresan de esa forma, utilizando a menudo elementos extraídos de la naturaleza, tales como plantas, animales, minerales, ríos, etc. Todas ellas contienen no sólo expresiones de esa semejanza fundamental sino también valores morales. Por el contrario la lógica no tiene alma, suele ser fría, e incluso cruel: la “lógica” justificó, desde cierto punto de vista, la bomba de Hiroshima o los campos de exterminio. Sin embargo, la analogía al permitir compartir valores, buscar elementos comunes, es más moral, pues busca la unidad y promueve valores de fraternidad y entendimiento.

Las enseñanzas de la Sabiduría Tradicional se dirigen pues a la parte más noble de ser humano, y por consiguiente al otro tipo superior de mente que poseemos, la mente analógica, que es adecuada para alcanzar puntos de vista profundos acerca del hombre y de la creación. La mente analítica, que controla hoy el mundo, es también útil, pero solo para propósitos prácticos, e inútil para las grandes cuestiones de la vida y la muerte, del cielo y la tierra.

Si pudiéramos hablar directamente con el Creador de este mundo, con Aquél que lo organizó y que realmente conoce las estructuras y mecanismos de este gran ser que es el Universo, no perderíamos nuestro tiempo rompiendo juguetes como niños caprichosos, usando este pequeño instrumento que es nuestra mente analítica. Sería suficiente con que EL nos comunicase el conocimiento acerca de cómo las cosas fueron hechas. Pero dado que no poseemos tal tipo de conexión directa, tenemos entonces que recurrir a la Sabiduría Eterna manifestada a través de la boca de tantos sabios. Su mensaje constituye la guía fundamental, que sólo es comprendida por la mente analógica, mientras que la mente analítica ha de seguir humildemente a aquella para así poner de manifiesto los detalles materiales. No debe pues haber oposición entre la mente analítica y la mente analógica, las dos formas son correctas en tanto en cuanto sean aplicadas al plano adecuado.

Nuestra mente analítica está relativamente bien entrenada, nuestros sistemas educativos se hacen cargo de ella. Pero ¿cómo podemos entrenar la mente superior? La Filosofía es la respuesta. Por tanto, no despreciemos esa importante parte de nosotros mismos, porque las cosas esenciales de la vida, y aún aquellas más allá de esta vida, sólo pueden ser descubiertas usando ese poderoso instrumento de nuestra mente espiritual.

Una vez pertrechados pues con este valioso instrumento, nos dispondremos a analizar las bases simbólicas del sistema astrológico. 

Continuará