Astrología 13 - Las Estrellas Circumpolares y la Constelación del Dragón

Las Estrellas Circumpolares y la Constelación del Dragón


Los antiguos egipcios consideraban a las estrellas alrededor del Polo Norte como "imperecederas" o "infatigables" por permanecer siempre visibles. Varios miles de años atrás el Polo Norte no coincidía con la actual estrella Polaris, sino con la estrella Alfa-Draconis perteneciente a la llamada Constelación del Dragón o de la Gran Serpiente. 

Los egipcios percibían el mapa celeste como un "Camino" o "Pasaje", es decir una ruta más o menos simbólica que, a través del Nilo Celeste o Vía Láctea, conducía finalmente a las Marismas o Campo de Ialuu, que por simplificación lo entenderemos como una especie de Campos Elíseos o Paraíso. Esta ruta es un camino de conquista espiritual y se refiere al proceso por el cual alguien se convierte en un Osiris, es decir alguien que ha conquistado la inmortalidad.

Este ascenso a través de las "escaleras de luz" no sólo estaba asociado al propio Osiris sino también a Seth, pues también se denominaban a éstas como "la escalas de Seth". 

Seth es un dios muy enigmático, en cierta época fue considerado muy importante, sin embargo en tiempos posteriores, especialmente a partir de la invasión por los hycksos, fue asimilado al concepto del mal y perdió su categoría como dios principal. 

Horus y Seth sostienen al faraón

Esto es un fenómeno religioso no infrecuente: con el correr de los siglos, cuando las religiones se pervierten y pierden poco a poco su significado primero, o bien cuando por necesidades históricas ciertos contenidos se interiorizan, los dioses que representaban ese conocimiento, digamos esotérico, pasan a segundo plano e incluso con el tiempo se convierten en símbolos del mal. Para la "ortodoxia" exotérica todo lo que represente un conocimiento especial o no vulgar que sus sacerdotes ignoren, es considerado como dañino o peligroso. 

Así, no hay que extrañarse que los Asuras de la India, considerados en los primeros tiempos como seres virginales y puros, pasaran a ser con el paso del tiempo una especie de seres malignos o demonios, o que Lucifer ("el portador de la luz"), a quien Pedro el apóstol menciona diciendo "que la luz divina de Lucifer surja en vuestros corazones" (II, Epístola, I.19, traducción no modificada), se convirtiera luego en uno de los nombres del diablo.

Seth, ciertamente, es el adversario de Osiris, pero es su contrapunto necesario, porque es la oposición que debe ser ejercida ante el candidato a los conocimientos superiores, son las pruebas y los obstáculos en el camino del aspirante. Por esa razón en el Libro de los Muertos se asigna a Seth la columna vertebral de Osiris: o sea Seth representa el eje fundamental de las pruebas iniciáticas que darán como resultado un Osiris. Por tanto, en el sistema teológico egipcio Seth representa los misterios y las adversidades que conllevan las pruebas iniciáticas. 

El faraón, modelo de hombre perfecto, aparece representado en algunas estatuas bendecido por el poder de Horus y de Seth, pues ambos aspectos son necesarios, uno representando lo evidente, obvio y luminoso: el poder real, y el otro representado lo oscuro, oculto y misterioso, el poder de las escuelas de misterios.


El animal totémico que representa a Seth no ha sido encontrado hasta el presente, se han hecho múltiples hipótesis basadas en estudios zoológicos y de las imágenes que lo representan. De hecho nunca será encontrado ese animal, porque el extraño perfil que le caracteriza no es más que una estilización simbólica de la constelación del Dragón, mientras que sus orejas cuadradas son sus dos acompañantes, la Osa Mayor y la Osa Menor, o sea las estrellas circumpolares.

Draco, Osa Mayor y Osa Menor


En la mano de todos los dioses aparece frecuentemente el llamado “cayado de Anubis”. Y ciertamente le pertenece a Anubis, porque a este dios le corresponde en el Libro de los Muertos "abrir el camino". 

Anubis

¿Pero de qué camino se trata? El propio cayado nos lo indica: su eje vertical nos señala el eje que señala al polo norte, y la cabeza estilizada que lo corona es otra vez la representación de la constelación del Dragón o Seth. El camino de los dioses, tal como los Textos de las Pirámides nos indican, es el camino que lleva a las Estrellas Imperecederas, y esas son las que figuran en el Polo Norte.

Ceremonia de Apertura de la Boca con la Azuela

Otro símbolo relacionado tanto con Set como con las constelaciones del Dragón y de la Osa Mayor y Menor que la acompañan es el instrumento utilizado en la ceremonia de apertura de la boca en el Antiguo Egipto. 

Se trata de una azuela hecha de hierro meteórico cuyo nombre era netdjerit 

El jeroglífico nos muestra de izquierda a derecha el símbolo hacha de “neter”, dios o ser humano divinizado, el pilar djed símbolo de Osiris, y finalmente la forma de la azuela, que una vez más replica de forma estilizada la forma de estas constelaciones circumpolares. 

Esta ceremonia se realizaba sobre la momia y sobre las estatuas consagradas. Se suponía que esta ceremonia era el momento culminante en que de alguna manera se desataban los lazos impuestos por la materia, representados por los vendajes que cubrían a la momia.

Otro nombre dado al instrumento es el de meshtjw:


Nombre similar al que se le daba también a la constelación de la Osa Mayor o del Muslo, tal como era conocida en el Antiguo Egipto: 


Es indudable pues que para los egipcios el proceso de osirificación, de alcanzar la inmortalidad consciente, estaba íntimamente ligado a las estrellas, y en particular a las constelaciones cercanas al Polo Norte: Draco, la Osa Mayor y la Osa Menor, eran de alguna manera las puertas del cielo. 

En capítulos posteriores, diseccionaremos en más detalle cada una de las constelaciones que constituyen este sector circumpolar, por ahora baste apuntar su significado general. 


Continuará