Astrología 10 - Astrología Babilónica

ASTROLOGÍA BABILÓNICA

Las tierras demarcadas por el río Tigris y Eufrates fueron el asiento a lo largo de los siglos de diversos pueblos que en oleadas sucesivas vinieron a instalarse en sus orillas. Con cada invasión se añadió a los elementos simbólicos y teológicos anteriores un nuevo sedimento. Frecuentemente el sustrato más antiguo de creencias y nombres sagrados persistió de manera casi inalterable a través de los siglos, y otras veces se regeneró adoptando nuevos nombres y emblemas, pero sólo nuevos en apariencia porque al hurgar en sus significados volvemos a encontrar creencias muy antiguas que nunca fueron desterradas por completo. 

Así de esta forma, sobre el asentamiento primero de las poblaciones sumerias se añadieron los acadios o caldeos (nombre que en la literatura posterior vino a ser sinónimo de magos-astrólogos), los asirios, los medas y los persas. Distintas ciudades-estados alternaron su poder e incluso rivalizaron en el control de toda Mesopotamia.

Una de las cualidades notables de estos pueblos fue la minuciosa recogida de datos y eventos; el gusto por las cronologías y los detalles legales parecieron ser siempre sus marcas características. 

La medida del tiempo y, sobre todo, la consideración de los cuerpos celestes como seres habitados por espíritus divinos, por sus dioses, hizo que de manera especial dedicasen observaciones precisas a sus idas y venidas. 

Los ziggurats, especie de torres elevadas, no sólo fueron el lugar predilecto para esta actividad, no tanto porque fuesen lugares tan altos como para facilitar una mejor observación, sino porque eran auténticos templos-astronómicos en su concepción. Así, por ejemplo, el circuito que recorría su contorno hasta la cima simbolizaba la rotación de los planetas, y a veces incluso cada uno de los pisos que la constituían estaban pintados con el color simbólico de cada uno de los planetas sagrados. Coronando estas construcciones se encontraba el lugar donde se mantenía el fuego sagrado, representando así el Sol central.

Los sacerdotes, llamados "bare" o inspectores, aparte de otras funciones propias, tenían encomendada la labor de predecir el movimiento de estos cuerpos divinos, y entre los más importantes eran los relacionados con los eclipses, para lo cual fue de vital importancia el desarrollo de un cálculo matemático adecuado.

Aunque no puede datarse con total confianza, se piensa que alrededor de la mitad del segundo milenio AC pudo haber comenzado a desarrollarse la astronomía. Este dato se basa en el estudio de los llamados astrolabios, cartas astronómicas que listan un conjunto de estrellas distribuidas en grupos de tres por cada mes del año. 

Astrolabio

Cada uno de estos astrolabios se dividen en tres categorías: las estrellas distribuidas siguiendo el Trópico de Cáncer o Camino del dios Enlil, las estrellas del Trópico de Capricornio o Camino del dios Ea, y las estrellas situadas en la línea media entre los dos trópicos o Camino del Dios Anu. Se trata de la referencia más antigua que se posee y en la que ya aparecen una serie de constelaciones de las cuales algunas pasarían a los griegos mientras que otras quedarían olvidadas.

Astronomía y astrología comienzan aquí su desarrollo simultáneo. Pero hay que tener en cuenta que para los pueblos antiguos era mucho más importante conocer las características "internas" de sus dioses, a los cuales consideraban como manifestados en los cuerpos celestes, que el estudio minucioso de estos últimos en sus detalles físicos. Algo no extraño, pues de la misma manera es más importante para nosotros el conocimiento de la personalidad de quienes nos rodean más que la descripción precisa de sus características físicas que no aportan mucho a las relaciones interpersonales. 

Kudurru babilónico, estela señalizadora de fronteras

Los astrólogos de esta época, como también en Egipto, estaban sobre todo preocupados en conocer las influencias que ciertas estrellas o planetas pudieran ejercer en momentos muy determinados, o sea en declarar ciertos días como propicios o nefastos de forma general. 

No existía una horoscopía natal, o sea el levantamiento de cartas astrales individuales a partir del nacimiento de una persona. Al menos no poseemos documentos que así lo atestigüen, ni tampoco existía la predicción de acontecimientos generales basados en una mecánica organizada alrededor de 12 signos zodiacales.

Del periodo asirio, en el siglo VII AC, procede la clasificación de los astros conocida como Mul-Apin, que son una evolución posterior de los astrolabios mencionados anteriormente. Para algunos investigadores los cálculos que se refieren al surgimiento heliacal* de algunas constelaciones, prueba de manera indirecta que su origen podría ser mucho más antiguo, alrededor de los comienzos del 2000 a.C.
[*El ascenso heliacal de una estrella o constelación se refiere a cuando aparece por primera vez en el horizonte oriental, después de haber estado oculto justo antes del amanecer

Están escritos en caracteres cuneiformes, donde la palabra "Mul" significa "estrella", y precisamente la primera constelación que aparece en las listas es la del "Arado" (Mul-Apin) de donde procede el nombre que se la ha dado a estas clasificaciones.  

Lista de constelaciones 

Hay que hacer notar que Zibanitu, como la traducción de su nombre indica (“Las dos Pinzas o El Aguijón del Escorpión”) y a la que correspondería nuestra constelación moderna de Libra, no era una constelación considerada como entidad diferenciada, sino que formaba parte de la constelación de Escorpio. Este detalle es importante, la asignación de este grupo de estrellas oscilarán entre la de Escorpio y la de Virgo. Los griegos tradujeron este signo por Chelai, las Pinzas, y las consideraron al comienzo como formando parte de Escorpio, pero posteriormente asimilaron su símbolo al mito de Astraea, diosa de la Justicia, quien aparece sosteniendo entre sus manos una balanza, para finalmente ser considerada como una constelación independiente, Libra. Aquí está la clave de lo que posteriormente veremos como signos secretos.  

Estas constelaciones listadas aparecen como constelaciones del Camino de la Luna, o del dios Sin, es decir las constelaciones marcadas por el recorrido de la Luna en 24 horas.

Entre las esferas celestes y dioses listados en los Mul Apin tenemos: Shamash (Sol), Sin (luna), Ishtar (Venus), Nebo (Mercurio), Nirgal (Marte), Ninurta (Saturno), Marduk (Júpiter) 

Durante el periodo neobabilónico (aprox. 600-300 a.C.) se conocen el nombre de famosos astrólogos, como el de Kiddinu, a cargo de la escuela astronómica de Sippar, y primero en desarrollar el concepto de la precesión de los equinoccios. Berosus, sacerdote principal del templo de Marduk. Es a partir de esta época cuando aparecen los signos zodiacales organizados como sistema y también las primeras cartas natales, aunque éstas no suelen contener predicciones, sino mas bien la determinación de las estrellas presentes durante el nacimiento de cierta persona. 


Continuará