Astrología 27 - Eje Tauro Escorpio - 01

EJE TAURO-ESCORPIO 01

El sacrificio de lo Animal

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Este eje representa una zona de cruce, que queda remarcado a la izquierda por las dos mujeres y los dos caminos que se abren delante del candidato, y en los tarots correspondientes a la derecha por la cruz que conforman los pies del ahorcado, y por el fin de un ciclo (el arco iris) que siega y recoge los frutos obtenidos (cabezas, manos y pies), y por la combinación alquímica o intermedia entre el espíritu y la materia que puede verse en la última figura combinando en dos copas el fermento humano.

En el tarot de la izquierda vemos el signo de Tauro en su parte superior derecha, también presente en los “cuernos” del arco. Desde el punto de vista astronómico, entre los cuernos de Tauro se encuentran las Pléyades, grupo de estrellas que representan el "centro óptico" del Universo, o sea el Centro aparente del Universo.

M45 representa las Pléyades

En el grupo de tarots a la derecha pueden verse el signo de Libra situado arriba a la derecha en el tarot del Ahorcado, también el signo de Escorpio inscrito en la guadaña que porta la Muerte, y finalmente en el último tarot de la serie, en la esquina superior derecha también, está inscrito el signo de Escorpio. Ya hemos explicado anteriormente que Libra y Escorpio en realidad forman una sola constelación, hasta el punto que las estrellas que forman parte de Libra reciben el nombre de pinzas del escorpión, por esta razón, en este eje, agrupamos todos estos tarots que portan los signos correspondientes a Libra y Escorpio. 

Cruzando por detrás del tarot último a la derecha, el de Escorpio, se puede ver en el dibujo unas nubes inclinadas que representan a la vía láctea, algo que no es casual, porque precisamente la constelación de Escorpio señala hacia el centro de la galaxia. 


Arriba a la izquierda, el tarot muestra dos mujeres que por un lado representan dos caminos morales. La mujer descubierta representa a las 6 pléyades visibles, según la tradición, y la mujer tapada representa a la 7ª pléyade oculta, "Merope", aquella que según la tradición se ocultó por vergüenza de haberse casado con un mortal. Efectivamente la tradición astrológica mítica señala que las Pléyades conformaban un grupo de estrellas que se situaban entre los cuernos de Tauro, siendo 6 visibles y una oculta.

Este eje, Tauro-Escorpio, astronómicamente conforma una línea que va desde Tauro-Las Pléyades, el centro aparente u óptico del Universo, hasta el centro de la galaxia al que apunta o señala Escorpio. El eje está compuesto por dos signos que a primera vista nos parecen disimiles. Sin embargo, cuando ahondamos en sus naturalezas y significados encontramos una identidad perfecta. No de manera evidente al principio, sus semejanzas se perfilarán poco a poco con el análisis simbólico, mostrando así el paralelismo existente entre estos dos signos que conforman un eje fundamental: la línea astronómica, dotada de un significado profundo y conocida como el Eje Ecuatorial Celeste. 

Ecuador Celeste en azul


OSIRIS-ESCORPIO

Comenzaremos por definir a Escorpio, el signo complementario de Tauro. Como ya explicamos en la sección dedicada a los signos secretos, en la Antigüedad Babilónica se conocían públicamente 10 signos y 2 más eran considerados secretos. Posteriormente, en la época Griega, estos últimos se hicieron públicos completando así el sistema zodiacal de 12 signos. 

Estos dos signos semi secretos expresaron en su forma pública, en sus nombres y símbolos, parte de sus contenidos reales, sin embargo siguieron manteniendo velado parcialmente sus significados. De ahí la aparente contradicción entre la Astrología y la Astronomía, ya que aquella reconocía 12 constelaciones, mientras que la ciencia reconocía 13. De ahí también ese extraño fenómeno de atribuir a Escorpio sólo 5 grados del círculo zodiacal, cuando lógicamente debía corresponderle 30º como al resto de los signos. 

La confusión proviene del hecho de considerar las constelaciones como equivalentes a los signos. Una cosa son los Signos, que como ya explicamos son 12 y se corresponden con ciertos significados, y que además existen y existirían ya hubiese estrellas o no, ya hubiesen constelaciones o no, porque los signos representan ciclos de la propia Tierra o mundo en el que existimos, con sus ciclos especiales, y las llamadas constelaciones son sólo agrupaciones ópticas, ilusorias, sobre las que proyectamos estos signos. La mayor parte de los signos se corresponden o se proyectan sobre una sola constelación o grupo de estrellas, sin embargo en el caso de este signo secreto opuesto a Tauro, que se correspondía con el equinoccio de otoño, estaba compuesto por 3 constelaciones: Ophiucus, Serpens y Escorpio, y Libra que formaba parte de Escorpio y fue inventada después. 

Ophiucus + Serpens + Escorpio + Libra

Los astrónomos consideran hoy en día que la constelación Serpens y Ophiucus ("el portador de la serpiente") constituyen una sola constelación, pero aún hay que ir más allá pues el significado completo del signo real debe incluir también a la constelación de Escorpio. Las 3 en conjunto ofrecen el significado total de dicho signo.

¿Qué nombre podríamos aplicar a este signo compuesto para distinguirlo del falso o incompleto signo llamado "Escorpio"? Desde un punto de vista tradicional se la podría llamar Asclepios, dios de la medicina, o también su equivalente egipcio-helénico Seraphis, también patrono de los médicos y dios de los misterios. No obstante su simbolismo más esencial y profundo hay que buscarlo en el mismo Osiris, de hecho la simbología griega y helénica heredan en parte los caracteres de Osiris, mucho más antiguo y universal en la historia del Medio Oriente y el Mediterráneo oriental.

Este signo tiene unas especiales conexiones con la Medicina, y de hecho un logo apropiado para el mismo seria el caduceo que aún utilizan los médicos. La Medicina, desde un punto de vista amplio, representa no sólo la curación de lo físico y psicológico, sino que tal como comentamos en capítulos anteriores también es la "salvación", o sea "salus·. La enfermedad es la falta de armonía, la falta de acuerdo entre las dualidades espíritu/mente, o mente/cuerpo, o entre los diferentes orgános. La salud por contra es la recuperación de la armonía, el equilibrio y la recta medida entre todas las cosas en el hombre. En la antigüedad clásica, tanto occidental como oriental, este era el objetivo prioritario del quehacer médico: recuperar el equilibrio psicofísico, pero también era el quehacer del sabio y del filósofo, recuperar el equilibrio espiritual, la curación espiritual o "salvación".

Osiris, más que un dios es el objeto y aspiración de los candidatos a la osirificación, representaba el acceso a la inmortalidad consciente, pero también a la sanación total, en su sentido más amplio. Frecuentemente en el Libro de los Muertos Egipcios, Osiris se nos presenta diciendo que "he curado el mal que había en mi", "estoy sano y fuerte", "me he liberado de la corrupción", etc. O sea, el proceso de convertirse en un Iniciado, en un Osiris, se hace equivalente al de la sanación. 

Seraphis, el dios de la medicina y los misterios, síntesis de los conceptos griegos y egipcios y versión renovada del mismo Osiris, representa precisamente este ideal médico. Su propio nombre, "Osiris en Apis" o Serapis, o sea el espíritu en la materia, armonizándola y dirigiéndola, nos da la clave fundamental de este signo. 

Pero, ¿cuál es la conexión de este signo compuesto con Tauro, su oponente en el Ecuador Celeste? El simbolismo del toro, como veremos no sólo está presente en la constelación de Tauro, sino también y de manera prominente en esta constelación de Osiris-Seraphis.


El Toro en el Simbolismo Egipcio

Desde los más antiguos textos de las Pirámides, el toro aparece mencionado abundantemente. Curiosamente las referencias lo presentan bien como adversario u oponente, o al contrario como parte del propio Osiris. 

Así el faraón, es identificado frecuentemente con ese animal, siendo llamado como el "Toro Celeste". En el templo de Abydos aparece la representación del faraón Seti I acompañando a su hijo Ramsés II, mientras que este caza un toro con una cuerda. Esta escena representa la capacidad del príncipe Ramsés para heredar a Seti, como heredero dominador del toro, y la escena se completa con una lista de cartuchos reales que representan a los ancestros faraónicos.


El faldellín ceremonial del faraón tiene a su espalda un rabo de toro colgando del cinturón. Desde las primeras dinastías, tal como aparece en la tableta de Narmer, el rey se identifica con el toro.

Paleta del Rey Narmer. Izda, con faldellín con cola de toro,
Dcha abajo: Narmer como toro conquistador de ciudades

En el libro de los Muertos Egipcios Osiris declara que "no será atrapado por los cuernos del toro".  Vemos pues que el toro es de una parte el enemigo al que hay que vencer o domesticar y que, posteriormente, se convierte en parte del propio poder de quien lo conquista. 

El toro, como en otras civilizaciones, ha sido no sólo símbolo de la materia, de la fuerza sexual y reproductiva, sino también símbolo del obstáculo a vencer, del oponente. 

En la India, por ejemplo, el toro Nandi es el portador de Shiva y a la entrada de los templos de Shiva se encuentran representaciones de toros que son los protectores y bloqueadores del acceso al recinto. 

Nandi

En los idiomas tamil, telugu, kannada y otros dialectos del sur de la India la palabra toro se utiliza metafóricamente para expresar la idea de "obstáculo", "bloqueo" e "impedimento", en tanto que en Sánscrito la palabra toro tiene el significado de "rectitud" y "ley": otra vez encontramos esa dualidad, por un lado el toro es un obstáculo a vencer, y al mismo tiempo el transporte o vehículo de manifestación de la divinidad o de un poder superior, incluso expresión de lo recto. Es decir, deja de ser un obstáculo cuando es domesticado y se pone al servicio de lo superior. 

Apis

Este fenómeno de integración o asimilación del toro en la propia fuerza del dios, puede también verse en el Antiguo Egipto en el culto al toro Apis, manifestación viviente del mismo Osiris. Se dice que el toro Apis era el fruto de un rayo de Ptah (el logos creador) que impactó sobre la orilla del río Nilo. De la Luz y del Barro, o el espíritu y la tierra, nació pues el toro Apis, que era reconocido por ciertas peculiares características: Un triángulo sobre la frente, las alas blancas de un buitre sobre las espaldas, un escarabajo marcado bajo su lengua, un creciente lunar en el lado derecho, y la cola dividida en dos.

Se le consideraba al toro Apis como la encarnación del mismo Osiris. Su vida se prolongaba hasta los 28 años, momento en el que era sacrificado, muriendo así a la misma edad que Osiris. 

No obstante, hasta el momento no se ha encontrado ni un solo toro Apis real momificado, es dudoso que existiera un toro con tales características, y que lo más probable es que se refiera al nombramiento simbólico de un iniciado osiriano, y que los 28 años sólo marcasen el periodo de su magisterio. Sí se han encontrado momias con forma de toro, pero cuyo contenido estaba compuesto por hierbas, pequeños huesecillos de pájaros, paja y ramitas, etc.

Esta identificación entre Osiris y el Toro también puede verse en su simbología estelar: La Osa Mayor era la constelación protectora de Osiris, sus 7 estrellas era el habitáculo de los 7 genios protectores de Osiris. Esta constelación era conocida en la antigüedad egipcia como "El Muslo" del toro, pero también se la identificaba con todo el toro:


Horus en esta representación mantiene una lanza con la que domina al Toro-Muslo, este instrumento representa el ecuador celeste, del que ya hemos mencionado que tiene una gran importancia en este eje que estamos analizando. La última versión de esta compleja simbología Toro-Osiris es la de Seraphis, u Osiris en Apis, evolución posterior en tiempos helénicos de la que ya hemos mencionado algunas de sus características.


TAURO

Hasta el fin de la era de Taurus, alrededor del 1800 AC, este signo marcaba el Equinoccio de Primavera. La estrella más prominente de esta constelación es Aldebarán,  "El seguidor". La forma general de Tauro recuerda la parte anterior de un toro y mientras que la estrella Aldebarán representaría el ojo rojo del toro que vigila atentamente a la cercana constelación de Orión. 


Detrás de sus cuernos se observa el grupo de estrellas conocidas como las Pléyades, las siete hermanas a las que "sigue" de cerca la estrella Aldebarán. Otro grupo importante de estrellas que conforman la V de la cornamenta son las Hyades, también 7 hermanas en la tradición. Usualmente el toro es representado con una de las patas delanteras dobladas, como dañada o bien como toro dominado. 

La leyenda hace que Taurus se convierta en el protector de las Pléyades. Este conjunto de estrellas jóvenes, "las palomas", ha tenido un importante papel en las mitologías antiguas de todo el mundo. 

Pléyades

En el antiguo Egipto eran llamadas las 7 Hadas de Hathor, mientras que el Toro era llamado el Jefe de la Manada. Abajo puede verse una representación de las mismas que aparece en el Libro de los Muertos Egipcio, en su versión del Papiro de Ani:

Son muchos los mitos y leyendas alrededor del mundo que se refieren bien al toro o a las Pléyades o las Hyades. En cada una de ellas podemos encontrar alguna de las pequeñas claves perdidas del gran libro de la naturaleza. No obstante, a efectos de simplificación, escogeremos los Misterios de Mitra como punto de partida para comprender el significado interno de este signo.

Continuará

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