Astrología 29 - Evolución de la Humanidad

EVOLUCIÓN DE LA HUMANIDAD 


La historia de la humanidad se divide en dos tendencias claras: la de los historiadores científicos, paleontólogos, arqueólogos, etc., que en su mayor parte propugnan un origen único de la humanidad, en algún lugar de África, resultado de la lenta evolución desde los simios antropoides. Del otro lado está la tradición universal humana, la forma de pensamiento clásico, que puede rastrearse tanto en los mitos y leyendas del Popol Vuh, en la mitología griega, en el mito del Andrógino platónico, en los libros sagrados hindúes, y hasta en el Génesis bíblico y muchas otras tradiciones.

Todas estas tradiciones en conjunto consideran que: 

    a) Que aunque la evolución humana se realiza de forma progresiva, pueden señalarse en el curso de la misma etapas bien definidas, en las que los hombres fueron adquiriendo tanto capacidades físicas como intelectuales distintas, que nos llevaría a hablar de varias "humanidades". 

    b) Que el Hombre aparece primero como entidad con manifestación física etérea que progresivamente se va materializando y densificando.

    c) Que al mismo tiempo que las humanidades van evolucionando, la Tierra también va sufriendo cambios en su constitución, densificándose progresivamente, y apareciendo y desapareciendo la superficie los continentes.

    d) Esa misma evolución de la Tierra y sus continentes sería precisamente la pauta que establece la aparición progresiva y desaparición de las distintas humanidades. Habría pues periodos destructivos de estos continentes, y periodos de surgimiento de nuevas placas continentales

    e) Que el origen primero del hombre no estaría en unos antecesores homínidos o antropoides, sino que más bien estos serían los restos degenerados de algunas mezclas del hombre con simios primitivos.

    f) Que estos ritmos continentales y terráqueos no serían más que ciclos menores, a imagen y semejanza de los grandes ciclos universales que afectarían los periodos de actividad del Universo mismo, que también tendría momentos de manifestación (manvantaras) y momentos de sumersión en el sueño (pralayas) 

No es este lugar para ampliar, glosar y explicar toda esa otra visión, los testimonios esparcidos a nuestro alrededor van desde aquellos que pueden ser recogidos en la mitologías de las grandes civilizaciones del pasado, como en los trabajos de Helena Petrovna Blavatsky, como en el Kanjur tibetano (libro 5º, Dulva) donde el propio Buda explica el origen del ser humano y el proceso de densificación progresiva de su cuerpo y tamaño junto a sus cambios psicológicos. 

Lo que nos interesa resaltar de manera contundente es que ésta era la visión predominante del hombre antiguo, que es quien construye los sistemas zodiacales tal como los conocemos. Por tanto, tanto si creemos en la visión clásica como en la visión moderna de la ciencia, tendremos que aceptar que para entender el simbolismo de los signos zodiacales hay que seguir los puntos de vista de quienes los crearon. 

Según recogemos desde múltiples tradiciones, la humanidad ha pasado a través de varios estadios de desarrollo, desde seres etéreos, casi puras entelequias, hasta seres progresivamente más materializados hasta nuestros días. Señalan estas tradiciones la aparición de 7 semillas humanas fundacionales, desde donde se desarrollarían 7 grupos humanos o humanidades a través de millones de años. Nuestra época correspondería al de la quinta humanidad (el llamado quinto sol de los aztecas) Cada una de estas semillas estaría regida en sus características simbólicas y naturales por una serie de planetas y signos astrológicos. H.P. Blavatsky en su monumental obra "La Doctrina Secreta" señala que: 

"La primera (humanidad) nació bajo el Sol; la segunda bajo Brihaspati (Júpiter); la tercera bajo Lohitanga (el de "cuerpo ardiente", Marte) y Venus o Shukra; el cuarto, bajo Soma (la Luna, o también nuestro globo, pues la cuarta esfera ha nacido de y bajo la Luna) y Sani, Saturno, el Krura-lochana (el de ojos malévolos) y Asita el oscuro; la quinta, bajo Buda (Mercurio)." (The Secret Doctrine,  Vol II, pag. 29) 

Este texto, un tanto confuso, nos relata que cada una de las humanidades, desde la primera hasta la quinta actual, está relacionada con uno de los ejes zodiacales que estamos describiendo en esta serie de artículos. En la siguiente tabla podemos ver estas correspondencias: 

*El consorte de Hathor y señor de Denderah, era Ra-Horakhty, el Ra de los dos Horizontes, identificado posteriormente con la Esfinge. Su equivalente en la mitología greco-romana es Júpiter. 

De esta manera, comenzando por el Eje vertical Leo-Acuario, rotamos progresivamente hacia la derecha, marcando así cada uno de los ejes un ciclo humano, hasta llegar de nuevo al eje Acuario-Leo, ya que según la tradición la séptima humanidad no sería más que una síntesis final. 


El círculo anterior representa pues la evolución de esas humanidades, los signos que se les atribuyen, y la progresión numérica desde el 1 hasta el 7 con su correspondiente generación de forma geométricas.

Ahora bien, en la lista de correspondencias anterior hemos asignado la sexta humanidad a Dyonisos. Más adelante veremos la razón para ello al estudiar la simbología de Cáncer y Capricornio. En cuanto a Vulcano, en la tradición era un planeta oculto, planeta de los Iniciados, situado entre Mercurio y el Sol y conocido también como planeta Ibis. 

Continuará

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